jueves, 27 de diciembre de 2007

Minoría de arrastre

27.12.2007
KEPA AULESTIA

El Correo


La minoría entusiasta puede siempre más que la mayoría indiferente. Esta ley, con la que se han abierto paso tanto las vanguardias más creativas como las más nefastas, está dando sus frutos en el ambiente acomodaticio de la Navidad. Mientras la mayoría se entretiene felicitando y recibiendo felicitaciones, hay una minoría incansable que marca el paso e indica el rumbo que deberá adoptar inexorablemente la sociedad vasca. Se trata de una minoría con un enorme sentido oportunista que desplaza la mal llamada «centralidad política» vasca hacia donde le conviene. El esfuerzo que se ve obligado a realizar para ello no es excesivo. El relevo al frente del EBB es suficiente para que, tras la consabida carambola, sea el consejero Joseba Azkarraga quien acabe sentenciando en nombre del Gobierno Vasco contra una resolución judicial, y sin posibilidad de recurso para el tribunal censurado.

Mientras tanto, el recogimiento propio de estas fechas da al lehendakari la oportunidad de anunciarnos que tiene perfilado el futuro para nuestros próximos veinte años. Lo cual invita a apreciar en lo que vale al gobernante que refleje una razonable ambigüedad, frente a éste que lo tiene todo tan pavorosamente claro. En los mismos días, quienes se sienten autorizados para poner nombre a nuestras señas de identidad han decidido que el próximo sábado en San Mamés jugará la selección de fútbol de Euskal Herria. Ya ni siquiera podremos conformarnos con ver a un paisano con estilo jugar en el Liverpool.

La minoría entusiasta actúa por arrastre, a sabiendas de que su iniciativa no encontrará especial resistencia entre el resto de los ciudadanos. Es lo que tiene esgrimir derechos y legitimidades: resulta muy difícil llevarles la contraria. Además, establecidos los principios se hace imposible discutir siquiera sobre lo más conveniente, lo mejor, lo más sensato. Porque no puede haber nada más conveniente, ni mejor, ni más razonable que ir al copo. Es la ventaja con la que cuenta la minoría entusiasta, que le permite situar el fiel de la balanza del país que ha decidido dibujar haciéndolo coincidir con el momento por el que atraviesa la propia minoría.

Hasta el punto de que, al final, a la mayoría no le quede otro remedio que identificarse con la minoría. Para lo cual basta con formular las preguntas precisas: ¿Acaso una selección en la que jueguen vascos y navarros no es de Euskal Herria? ¿Puede el lehendakari diseñar un proyecto de país para dos décadas? ¿Quién si no el consejero de Justicia para enmendar la plana a los jueces?

Ayer mismo la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, se lamentaba de que «quienes pidieron a ETA que mantuviera la tregua indefinida y que no pusiera condiciones están hoy en prisión». La mayoría debe dar por cierto lo que la minoría entusiasta asevera, aunque esta vez sin preguntas.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071227/opinion/minoria-arrastre-kepa-aulestia-20071227.html

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