sábado, 3 de julio de 2010

La tregua basura (II)

03.07.10

ANDRÉS MONTERO GÓMEZ |

El Correo



«No hay que hacer nada ante las propuestas de Batasuna. Nada de nada. La mayor garantía de éxito es que el Estado mantenga su estrategia de desmantelar a ETA poco a poco»


Igual Zapatero no se come el turrón electoral de ETA. Es difícil saberlo todavía. Lo que era conocido es que ETA y Batasuna son más o menos lo mismo. Es decir, distintas dimensiones, o dimensiones complementarias, de la misma cosa. Lo han dicho los tribunales y, no lo olvidemos, por eso está Batasuna ilegalizada y Otegi en prisión. Aunque parece una obviedad, es saludable no perder este axioma de vista en momentos de transición.

La ahora denominada izquierda abertzale antes llamada Batasuna tiene una hoja de ruta hacia su reinserción institucional. Si la tiene Batasuna no es nada ocioso suponer que la tiene ETA. Florencio Domínguez describía muy sintéticamente bien en este espacio hace poco la manera en que ETA había articulado la nueva estrategia hacia el independentismo. También llevamos tiempo advirtiendo de que la estrategia de Batasuna no puede ser ajena a ETA, porque no sólo son vasos comunicantes sino conductos del mismo alambique. Incluso ya subrayábamos (EL CORREO, 16-4-10) que la nueva tregua, caso de producirse, no sería sino una tregua tóxica, una tregua basura que intentar colocar en el mercado de la esperanza para inocular activos políticos 'subprime', de nuevo, en las instituciones públicas vascas... y españolas.

El tiempo está materializando esos análisis. Eusko Alkartasuna y Batasuna ('Euskobatasuna' la bautizábamos, EL CORREO, 11-1-10) no están proponiendo nada nuevo, en realidad. Nada que no viéramos en Lizarra y nada que por supervivencia de ambos, atrapados entre el PNV y Aralar, no sea sensato proponer. La creación de un buque independentista vasco que trascienda el nacionalismo para abrir una década de trabajo en pos de una ruptura constitucional. ETA ya había establecido que la transición de la violencia tendría que desembocar, como condición necesaria, hacia ese rumbo. Batasuna está leyendo esas cartas de navegación para marcarlo.

Respecto de Eusko Alkartasuna, no es que esté actuando con conciencia plena de que ETA sea la diseñadora de las cartas... lo que ocurre es que se ha persuadido a sí misma de que, aunque ETA domine esta fase, al final la historia puede recordar a EA como quienes en un momento complicado dieron un paso al frente y lograron convencer a ETA -seduciéndola a través de Batasuna con el horizonte independentista- de que la violencia ya había dejado de ser rentable. Es una autoconvicción necesaria para EA en este momento, pero completamente infantil. ETA es la primera en tener claridad de que la violencia ha dejado de ser rentable a futuro pero, sobre todo, es la primera en tener conciencia de que hay que rentabilizar la violencia del pasado.

De nuevo nos estamos haciendo las preguntas equivocadas. La cuestión no es si ETA declarará o no una tregua (que lo hará) o si Batasuna condenará un atentado (si lo hubiese, ya está diseñado el texto de ingeniería semántica para calificarlo como un obstáculo hacia el independentismo), sino cuánto estamos dispuestos a pagar por la desactivación de ETA.

El precio ya está fijado. De Eguiguren podemos pensar que estaba afectado por una bajada de tensión cuando realizó sus últimas declaraciones... o bien el hombre nos estaba aportando una pista. Hablaba de reubicar a Batasuna en la política y también de presos. Estaba fijando la lista de precios aunque, por supuesto, sin enseñar la letra pequeña que, como todo el mundo que ha comprado algo en lo que le estaban engañando sabe, no se muestra hasta el final.

La letra pequeña del final de ETA es rentabilizar los años de violencia sin que parezca que haya habido violencia, como ha analizado con eficacia en estas páginas Joseba Arregi. El éxito de los dos actores principales en este tercer acto de la representación vendrá de elegir y ejecutar la mejor estrategia en un juego de suma cero. Traduciendo: lo que ETA gane será porque el Estado lo ceda. Batasuna está haciendo su recorrido inicial del lado de EA y del sindicalismo abertzale poniendo el acento sobre el independentismo sin violencia, así en genérico, sin condenar ni recriminar a ETA porque no se pueden objetar cuatro décadas de entrega a la violencia en las que unos y otros han participado. Hacer que Batasuna condene a ETA es hacerle pedir perdón por haber sido ella misma, lo cual sería lo más honesto pero desde luego lo más improbable. De esta forma, la cuadratura estratégica para Batasuna sería cómo incorporar a ETA al proceso rentabilizando los años de violencia, que para la izquierda abertzale son una enseña identitaria de militancia antiespañola, pero sin mencionarlos... y además haciendo a la banda terrorista partícipe del proyecto independentista pero dejando claro que su mera existencia es, a estas alturas, un obstáculo.

Del lado del Estado, la cuadratura estratégica sería conseguir la disolución sin ceder nada, ni en presos ni en política. Hay entendidos que postulan que algo debe cederse porque el objetivo lo merece, sobre todo en este momento. Están equivocados, siempre hemos estado equivocados. En toda negociación con ETA se llegaba a un callejón sin salida, precisamente porque se negociaba. Ahora hay que conservar el control del campo estratégico que, por una vez en la historia del pretendido conflicto, lleva el Estado. Es decir, no hay que hacer nada ante las propuestas de Batasuna. Nada de nada. La mayor garantía de éxito es que el Estado continúe manteniendo la que ha sido su estrategia exitosa... continuar desmantelando ETA poco a poco, negarle espacio político y social a cualquiera de sus expresiones y no aceptar posicionamientos en escenarios de ningún tipo. Si ETA declara una tregua, que lo haga, pero que no influya en el comportamiento del Estado. Si la denominada izquierda abertzale presenta listas, que las presente, se las investiga y anula siguiendo los procedimientos habituales si no cumplen con la ley.

Así planteada, la estrategia del Estado es una garantía que sólo se encontrará con el escollo de EA. Batasuna será legalizada porque será 'EuskoBatasuna'... no habrá nada entonces que ilegalizar porque no podrá aplicarse el bisturí. Y 'EuskoBatasuna' será la bolsa de votos de la izquierda abertzale y EA habrá recuperado, incluso hallado definitivamente, su granero de votos. Ya veremos si ése es el camino, al menos, de silenciamiento de ETA mientras vamos desarticulándola.


http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100703/opinion/tregua-basura-20100703.html


La tregua basura
16.04.10

ANDRÉS MONTERO GÓMEZ |

El Correo

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