domingo, 19 de septiembre de 2010

La verificación internacional

19.09.10

ROGELIO ALONSO | PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA, UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

El Correo



«La farsa de la verificación es una de las opciones que Batasuna quiere explotar para rentabilizar la especulación sobre el final de ETA al tiempo que intenta generar fisuras en una eficaz política antiterrorista»


Un alto el fuego permanente y verificable internacionalmente. Ésa era la petición que ETA no satisfacía en su anterior comunicado y que le habían hecho tanto Batasuna como varios premios Nobel en la llamada Declaración de Bruselas del pasado marzo, a cuyos firmantes dirige un mensaje en su nueva misiva, avanzada ayer. El anterior desprecio a aquellas personalidades, no impedía a ETA requerir la implicación de la comunidad internacional: «A ella le hacemos un llamamiento para que responda con responsabilidad histórica a la voluntad y compromiso de ETA, para que tome parte en la articulación de una solución duradera, justa y democrática a este secular conflicto político». ETA elude así la responsabilidad por el final del terrorismo que evidentemente sólo recae sobre ella.

La implicación extranjera brindaría a ETA y Batasuna una baza con la que aliviar su profunda crisis. Cuando Batasuna reclama esa verificación seduce a algunos observadores que declaran su fe ciega en la ruptura del brazo político con el armado pese a la evidencia de que el movimiento terrorista, aunque con tensiones, permanece fiel al terrorismo. No es extraño que actores externos sean vulnerables al engaño cuando algún político vasco sigue concediendo crédito a los interesados testimonios de dirigentes de Batasuna que le trasladan su «irreversible» voluntad de dejar el terrorismo mientras los hechos confirman su consistencia en el error.

Al involucrar a agentes internacionales se favorece la agenda de Batasuna, ya que, bajo la apariencia de neutralidad, actores desconocedores del terrorismo etarra adoptan un tendencioso rol de mediación que de forma perniciosa ubica en el mismo plano de responsabilidad a un grupo terrorista y a una democracia. Lo demostraba la Declaración de Bruselas en la que sus firmantes reclamaban al Gobierno español una «respuesta apropiada» a una entonces hipotética tregua de ETA mientras asumían la propaganda de Batasuna al destacar «el nuevo compromiso de la izquierda vasca independentista con medios exclusivamente políticos y democráticos». No sólo el desconocimiento de la realidad terrorista y de la verdadera naturaleza del conflicto motivan las erróneas interpretaciones de los actores internacionales, pues algunos de ellos ansían involucrarse en procesos de este tipo por intereses económicos y personales. Brian Currin, artífice de dicha declaración y valedor de los intereses de Batasuna, recibe sustanciosos emolumentos a cambio de los cuales instrumentaliza el proceso norirlandés, ámbito del que surge la propuesta de verificación.

La farsa de la verificación es una de las opciones que Batasuna quiere explotar para rentabilizar la especulación sobre el final de ETA al tiempo que intenta generar fisuras en una eficaz política antiterrorista basada hoy en el consenso y en una asfixiante presión. La constitución de una comisión de verificación similar a la de Irlanda del Norte favorecería la perpetuación de ETA y las constantes presiones sobre Gobierno y sociedad para incurrir en concesiones a la banda a cambio de promesas de mantenimiento de una tregua para la cual ya existen excelentes verificadores: fuerzas y cuerpos de seguridad y servicios de inteligencia. El antecedente norirlandés revela el potencial de coacción que dicha fórmula ofrecería a ETA.

Aunque el cese de la violencia del IRA se produjo sin concesiones hacia la banda, inauguró un proceso en el que sus representantes políticos se beneficiaron de significativos gestos de los gobiernos británico e irlandés. Así generaron perjudiciales consecuencias para la normalización política, repercutiendo negativamente en el objetivo de la desaparición total de la intimidación terrorista y de su necesaria deslegitimación. En 2006, uno de los informes de la comisión de verificación confirmó que el IRA continuaba financiándose y recabando información, poniendo sus actividades ilegales al servicio de la estrategia política de Sinn Fein. O sea, que la vía política emprendida que tanto se ensalzaba desde algunos ámbitos no era democrática en absoluto, al operar el partido con el apoyo criminal, logístico y financiero de un grupo terrorista.

Este escenario seduce a Batasuna, pues aunque la verificación de la tregua del IRA confirmó en 2005 que «se ha convertido en uno de los más sofisticados grupos criminales del mundo», los gobiernos aceptaban tamaña irregularidad mientras la campaña sistemática de atentados mortales se mantuviera contenida. Ese mismo año, el 'premier' irlandés, Bertie Ahern, reconocía en el Parlamento que al introducir a Sinn Fein en el sistema de partidos había pasado por alto las actividades delictivas que el IRA mantenía. Poco antes Tony Blair afirmaba que no debía tolerarse una situación en la que representantes de la voluntad popular se vieran obligados a compartir el Gobierno norirlandés con un partido asociado a un grupo terrorista que todavía permanecía activo. Sin embargo, las autoridades aplicaron una incoherente política que favorecía a Sinn Fein a pesar de las actividades del IRA, relativizando la simbiosis entre ambos y sus nocivos efectos.

La comisión de verificación se declaraba respetuosa con principios democráticos básicos, entre ellos el que destacaba como inaceptable que un partido político, y particularmente sus líderes, expresasen su compromiso con la democracia y la ley mientras su actitud demostraba lo contrario. Sin embargo la comisión incumplió su propio mandato y se convirtió en garante de una dañina política al maquillar el chantaje terrorista que tanto atrae a Batasuna. Su reproducción en el País Vasco resultaría contraproducente, pues aquí la política antiterrorista debe aspirar a la desaparición total tanto del terrorismo etarra como de su legitimación, y no meramente a cerrar en falso un conflicto terrorista como en Irlanda del Norte.


http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100919/opinion/verificacion-internacional-20100919.html

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