sábado, 22 de septiembre de 2007

¡Heil Hitler! en el museo del Holocausto

Los israelíes piden la revisión de la Ley de Retorno tras la detención de una banda de neonazis nacidos en la ex URSS
10.09.2007
LAURA L. CARO

El Correo


Los foros en Internet de los principales diarios de Israel echaban humo, colapsados de incendiarios mensajes de espanto y de reproches al Ejecutivo por el manejo de una ley, la de Retorno, que garantiza a los judíos de todo el mundo la ciudadanía en este país. «Para qué traer tantos rusos que ni siquiera tienen un poquito de respeto hacia el judaísmo, lo único que le falta ahora a Israel son neonazis. El Gobierno debería investigar más antes de permitirles inmigrar, ¿o solamente les interesa hacer números?» se preguntaba una tal Sara, haciendo oídos sordos a los llamamientos del primer ministro, Ehud Olmert, que ayer se esforzaba por atemperar ánimos pidiendo a la población que no cayera «en la trampa de la generalización» a partir de lo que llamó «un hecho aislado».

Pero ni las palabras de calma del premier, ni el anuncio del ministro del Interior, Meir Sheetrit, de que estudiarán revocar la ciudadanía a los ocho integrantes de la célula detenida hace un mes en Israel por prácticas neonazis en caso de que sean declarados culpables, lograban rebajar la conmoción. El escalofrío de un Estado que ayer se veía sacudido por el goteo de imágenes televisadas y los detalles sobre las andadas abominables de un grupo de jóvenes de entre 16 y 21 años nacidos en la vieja Unión Soviética, pero llegados a Israel vía Ley de Retorno siendo niños, que empezó pintando esvásticas en la gran sinagoga de Petah Tikva -diez kilómetros al este de Tel Aviv- y acabó propinando salvajes palizas con botellas rotas, punzones y mazas a inmigrantes, drogadictos, homosexuales, árabes y judíos. Golpes hasta dejarles reventados en el suelo lamiendo su propia sangre, como muestran las cintas de vídeo confiscadas en la casa del cabecilla, de 19 años de edad, Eli Boynatov, alias 'Eli, el Nazi'.

Cumpleaños del Führer

Él y su 'número dos', Rostislav Bogoslavski, niegan los hechos. Pero, como los demás, que sí han confesado, llevan tatuados en los dedos un 88, haciendo referencia al octavo lugar que ocupa la letra H en el alfabeto: HH, ¡Heil Hitler!

«Israel se ha convertido en un refugio para gente que odia a Israel y a los judíos, y que explota la ley de retorno para actuar de acuerdo a este odio», sentenciaba el Partido Nacional Religioso, que pedirá en el Parlamento una reforma y un castigo ejemplar para evitar horrores como el de esta banda. Cuya próxima proeza era celebrar el 20 de abril el cumpleaños del Führer en el museo del Holocausto.

La Policía tiene grabadas conversaciones en las que el líder repasa los preparativos, y también proclama con orgullo su furia antisemita. «Mi abuelo era medio judío, no tendré hijos para que esa basura no nazca siquiera con una milésima parte de sangre judía (...) No lo dejaré, soy nazi, seguiré siéndolo y no descansaré hasta que los mate a todos», son algunas de las frases extraídas de las intervenciones telefónicas y de los interrogatorios que ayer publicaba el rotativo 'Yedioth Ahronoth'.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20070910/mundo/heil-hitler-museo-holocausto-20070910.html:

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