viernes, 12 de marzo de 2004

Las lágrimas de la Reina

El País Digital, Viernes, 12 de marzo de 2004

Las lágrimas de la Reina

MATANZA EN MADRID - Reacciones

REPORTAJE

Doña Sofía, el Príncipe, Letizia Ortiz y los duques de Lugo y de Palma recorrieron los hospitales para visitar a los heridos


MABEL GALAZ - Madrid

EL PAÍS | España - 12-03-2004


El teléfono del Palacio de la Zarzuela sonó pocos instantes después de que en la estación de Atocha se escuchara la primera explosión -a las 7.39-, que dio paso a un día muerte y dolor. El Rey recibió noticias de lo que sucedía en esos momentos en el centro de la ciudad a través de una comunicación del presidente del Gobierno, José María Aznar. A partir de ese instante, don Juan Carlos siguió desde su despacho oficial todo el horror que en esos momentos se vivía en Madrid. En "señal de solidaridad y duelo", el Rey aplazó todas las audiencias previstas para la jornada.

Acompañado de doña Sofía, del Príncipe de Asturias y de Letizia Ortiz, el Rey vio las primeras imágenes de las víctimas a través de la televisión, también escuchó por la radio los primeros testimonios de las personas que socorrieron a los heridos y siguió por Internet la evolución de la situación. Al mismo tiempo, desde el Palacio de la Moncloa se enviaban sin parar al Palacio de la Zarzuela todos los datos oficiales disponibles. Un portavoz de la Casa del Rey explicó que la "emoción" embargaba a todos los miembros de la Familia Real en esos instantes.

Las infantas, que a esa hora se dirigían a sus trabajos, fueron alertadas por el Palacio de la Zarzuela. Doña Cristina, que reside en Barcelona con su esposo, Iñaki Urdangarín, decidió entonces viajar a Madrid.

La Reina, acompañada del Príncipe de Asturias y de Letizia Ortiz, comenzó a visitar al mediodía a los heridos ingresados en los centros hospitalarios. Su primera parada fue el Gregorio Marañón, donde había ingresados casi 200 afectados. Doña Sofía tuvo palabras de cariño y consuelo para los familiares y los heridos. "¿Cómo estáis?, no hay que perder la fe ni la esperanza. Podrían estar en otros hospitales", les decía para tratar de paliar su desconsuelo.

La Reina no escatimó abrazos, besos y complicidades, con todos, sobre todo en la sala que el hospital habilitó para las personas que se habían acercado hasta el centro para conocer si sus familiares habían sido ingresados allí y cual era su estado. En esas dependencias se sucedieron escenas de gran dramatismo, en las que doña Sofía intentó dar consuelo.

Desde allí, doña Sofía, el Príncipe de Asturias y Letizia se trasladaron al hospital Doce de Octubre, en el que se atendieron a 107 víctimas del atentado. La Reina entró en el centro del brazo de su futura nuera. Los ojos de ambas reflejaban su emoción y su dolor. Allí permanecieron más de una hora. Doña Sofía consoló a una mujer que aguardaba noticias de su nuera y, al oír el relato de su sufrimiento, unas lágrimas rodaron por sus mejillas. "La Reina llora de verdad", dijo la mujer tras despedirse de doña Sofía. Después, los tres miembros de la Familia Real se trasladaron al hospital Clínico de San Carlos, adonde llegaron a las 16.45 para interesarse por el estado de los 67 ingresados. En su peregrinar por una jornada de dolor, doña Sofía, don Felipe y su prometida acudieron después al hospital Ramón y Cajal, donde se interesaron por los 13 heridos allí ingresados. "Tranquilos, tranquilos", se le oyó decir a Letizia Ortiz; a su lado. Don Felipe asentía con gesto serio.

La infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarín, viajaron desde Barcelona, donde residen, para visitar también a los heridos en el hospital de La Paz, junto a los Duques de Lugo. Más tarde, los cuatro acudieron a los hospitales Gómez Ulla y la Princesa.

El Rey recibió a lo largo del día en el Palacio de la Zarzuela mensajes y llamadas de solidaridad y condolencia de diversos jefes de Estado, como el francés, Jacques Chirac, y el rey de Marruecos, Mohamed VI.

Don Juan Carlos también conversó telefónicamente y recibió mensajes del príncipe Saud al Faisal, de Arabia Saudí, y del emir de Bahrein, así como de los presidentes de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, de Portugal, Jorge Sampaio, y de Argentina, Néstor Kirchner, según informó un portavoz de la Casa del Rey.

La reina Beatriz de Holanda también dio su pésame al rey Juan Carlos y a los familiares de las víctimas de los atentados, según señaló el Servicio de Información de la casa real holandesa, así como el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende.

Desde Moscú, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, envió sus condolencias al Palacio de La Zarzuela; y desde Roma, el presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, expresó su pesar en un mensaje en el que subrayó la necesidad de combatir el terrorismo "con la máxima firmeza".

También el líder cubano, Fidel Castro, envió un telegrama de condolencia al rey Juan Carlos, en el que le expresa "su más sincera solidaridad" por las víctimas del atentado terrorista.

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