sábado, 13 de marzo de 2004

Madrid comienza a enterrar a sus muertos

El Correo Digital, Sábado, 13 de marzo de 2004

Madrid comienza a enterrar a sus muertos

POLÍTICA
Masacre terrorista

Casi un millar de asistentes participaron en los entierros de Alcalá, oficiados por el obispo Jesús Catalá


AGENCIAS / MADRID


Casi mil personas asistieron hoy al funeral oficiado por el obispo de Alcalá de Henares, Jesús Catalá, por dos de las víctimas mortales de los atentados del jueves en el pabellón deportivo El Juncal, donde una "confusión" impidió que llegaran más féretros de víctimas alcalaínas de esta tragedia.

"Quien esto hace, ha perdido la racionalidad, su propia libertad, quien esto hace se envilece y se embrutece a sí mismo y deja de ser hombre", fue uno de los principales mensajes expresados por el obispo Jesús Catalá, en la homilía de la misa funeral celebrada hoy en honor de todas víctimas de los atentados del jueves.

Cerca de un millar de personas entre ellos todos los miembros de la corporación municipal de Alcalá, y autoridades civiles y militares de la ciudad, asistieron a este funeral oficiado en el pabellón deportivo El Juncal de Alcalá de Henares a las 10 de la mañana.

Aunque en principio se esperaba que el funeral fuera ofrecido por la veintena de víctimas residentes en Alcalá, "ante la confusión y la incomprensión de las autoridades municipales", según fuentes del consistorio, la mayoría de los fallecidos han sido derivados a otros cementerios de Madrid, como el Sur y la Almudena.

En el pabellón estaban los féretros de Félix González Gago, subteniente del Ejército del Aire destinado en Torrejón, de 51 años, y el de Pilar Cabrejas, empleada de Telefónica de 36 años y mujer de un trabajador de Antena 3, cuyos compañeros que cubrían el sepelio conocieron la noticia allí mismo en medio de una gran consternación.

Crisis nerviosas

Durante el funeral, los psicólogos tuvieron que atender a varios familiares afectados por crisis nerviosas, sobre todo a los dos hijos del subteniente fallecido.

En su homilía, el obispo oró por "todos los que han perdido su vida en este trágico y cruel acto criminal, y por todos los heridos para que puedan llevar con dignidad las secuelas que puedan derivarse de su situación".

También rezó "por las familias, por la convivencia pacífica, y por una sociedad donde se respeten los derechos humanos, así como por la conversión de los que han perpetrado estos hechos, para que destierren de su vida la violencia".
Señaló que "este acto es un acto de amor a las víctimas y a sus familiares y a todos los hombres", y estimó que "bajo ningún concepto de ideología ni de nacionalismo está justificado este atentado" que condenó "de forma clara y fuerte".

Mensaje de esperanza

También quiso enviar un mensaje de esperanza a las familias de las víctimas porque, dijo, "las víctimas del terrorismo viven, no han desaparecido para siempre, están hoy con todos nosotros".

El funeral finalizó con un aplauso cerrado hacia las víctimas y sus familiares, que fueron los primeros en abandonar el pabellón deportivo de El Juncal.
Durante toda la jornada se prevé la inhumación de cinco cadáveres más y la incineración de otros tres en el Cementerio Jardín, así como el traslado de otro de los fallecidos al cementerio de San Fernando de Henares.

En el cementerio antiguo de la ciudad complutense, a las 12 horas, tuvo lugar el entierro de uno de los hijos del general Sierra, de la Brigada Paracaidista de Alcalá, también fallecido en uno de los trenes el 11 de marzo.

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